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Poniendo en orden mi dinero

Actualizado: 7 abr 2021



Apenas hace un par de semanas adquirí un auto. Por mucho tiempo me resistí a hacerlo por cuestiones de tráfico principalmente, además de que he tenido la fortuna de trabajar muy cerca de casa o incluso, desde hace un año, he trasladado (como la mayoría de la gente) la oficina a una habitación de mi departamento de manera permanente. Pero entonces, ¿Por qué hacerlo ahora? Aunque para mí era mucho más cómodo el servicio de taxis por aplicación o incluso el uso de bicicleta, desde que esta pandemia parece no darnos tregua, considero más seguro viajar en un auto particular que en otro medio de transporte; sumado a que por cuestiones de trabajo, trasladar materiales de impresión se ha vuelto una constante para mí.



El ahorro considerable que me ha generado el trabajar desde casa ha sido también un factor determinante y motivante para poder llevar esto a cabo, sin embargo reconozco que dejé muchos factores fuera de mi consideración, quizá por ganarme la emoción de alcanzar mi meta.




Hace algunos días, en la plática de sobremesa con la familia me hicieron el comentario “Bienvenida a los gastos de un adulto común”. Mi hermana, administradora de empresas, apuntó irónicamente después de escucharme lamentar cómo la adquisición de un auto me había incrementado los gastos fijos y variables considerablemente (gastos que obviamente nunca contemplé al adquirirlo).


Como diseñadora, siempre tuve la falsa creencia que lo mío no son los números, si no que todo radicaba en la creatividad. Y ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba. Los números son nuestro día a día, no importa la profesión u oficio al que te dediques, los números nos acompañan todo el tiempo por una razón muy simple: necesitamos ganar dinero para cubrir necesidades y necesitamos pagar cuentas.


Con alrededor de 15 años como profesionista con empleo fijo, el trabajo como freelance siempre me ha dado algunos ingresos extras. Sin embargo, debo confesar que nunca he puesto un orden a mi dinero. A pesar de que llevo un poco más de 10 años de viviendo sola, las cuentas medio existían en mi cabeza. Obviamente, en este “medio orden” muchas veces me quedé corta, otras veces quedé “tablas” como dicen y realmente muy pocas veces al final del mes, me he quedado con dinero para ahorrar.



Hasta aquí, he detectado muchos errores, pero resumiendo, nunca he puesto mi dinero en orden. Hasta hace poco no consideraba la importancia de esto, pero realmente el tener un auto, gastos de vivienda y en general, me doy cuenta la falta de educación financiera que la gran mayoría de los mexicanos tenemos: ojalá hubiera alguna materia que desde la educación básica nos fomentara el ahorro o que nos enseñara cómo llevar un control de la economía familiar. ¡Qué diferente sería nuestra situación actual de ser así! ¿No crees?



Resumiendo, al tener ya un gasto adicional importante como el mantenimiento de un automóvil me ha llevado a la conclusión de que tenía que hacer algo al respecto con mis finanzas o simplemente me iría a los números rojos y en poco tiempo.


Y como nunca es tarde para aprender, me di a la tarea de buscar libros, artículos y hasta cursos en línea sobre finanzas, presupuestos personales y formas de ahorro. Encontré muchísima información para mi sorpresa. ¿Porqué nunca la había buscado antes?


La cantidad de fuentes es abrumadora, pero te compartiré las que más me han servido (como neófita en la materia) y sobre las cuales baso este artículo:


• Curso en línea “Finanzas personales para Freelancers” de Elaine King – Crehana

• E-book: “Pon en orden tu dinero” de GBM+ Academy, te lleva desde un nivel básico a conocer y entender tu situación financiera actual y cómo implementar un presupuesto personal.



Muchas veces en las noticias escuchamos comentarios parecidos a “hoy se presentará el Presupuesto de Egresos de la Nación…” ¿Suena complicado, no? Por eso creemos que los presupuestos sólo son para aquellas personas encerradas en los grandes edificios corporativos o gubernamentales donde administran el tesoro del país. Pues no, un presupuesto se aplica hasta para la familia o para tus finanzas personales.



Empezaré por mencionar la definición que encontré sobre presupuesto: “Se llama presupuesto al cálculo anticipado de los ingresos y egresos de una actividad económica durante un periodo”¹.


Dicho de otra manera, es la representación gráfica de los gastos que tenemos contra las entradas de dinero en un determinado lapso de tiempo: puede ser una semana, un mes, un año, etc. Básicamente es una radiografía de tu situación financiera presente y futura, donde puedes llevar un registro en una libreta, una app (Existen muchas disponibles para tu Smartphone, échale un vistazo a Finerio, Fintonic, Registro Contable, Control de Gastos o Money Manager por nombrar algunas) o en un documento de Excel y en donde todos esos cálculos mentales que se van olvidando o se van acomodando en nuestra mente a nuestra conveniencia, queden bien registrados. Este presupuesto personal sirve para planificar mejor el uso de nuestro dinero, identificando en qué gastamos, manteniendo a la vista los créditos, realizando ajustes y destinando una cantidad para el ahorro.



Sobre el ahorro quiero hacer un apartado. Muchos crecemos con la mala creencia que el ahorro es pensar que el excedente es lo que se debe destinar al ahorro. El resultado más común a esta creencia es que, si no te sobra nada, nunca vas a poder ahorrar.

La verdad es que ahorrar es “Pagarte a ti mismo” para poder lograr algún sueño o meta. Anteriormente la mía era un auto, ahora mi siguiente sueño es ese viaje por la costa Mediterránea, sin olvidar ahorrar para el retiro, para emergencias, etc. Lo importante del ahorro es darle un sentido motivacional para que te sea más fácil llevarlo a cabo: considerar que al cumplir esa meta que fijaste, vas a tener una gran recompensa por ello. Eso cambia el sentido a todo, cierto?


Para que esto sea posible, el ahorro lo debemos considerar como otro gasto fijo: una cantidad que mensualmente destinarás a ese rubro pase lo que pase. Con el tiempo te aseguro que desarrollarás un hábito y lo realizarás de manera casi automática. Mi recomendación es que transfieras ese ahorro a una cuenta especial (separada del dinero que usas para tus gastos), así evitarás caer en la tentación de gastarlo. Por ejemplo; en el banco que yo uso, existe una app para programar un retiro automático de mis ingresos fijos, y lo transfiere a un “apartado oculto” y sólo se libera al término de la meta que yo misma fijé. Busca en tu banco, estoy segura que cualquier institución en la actualidad, cuenta con algún programa similar.





¿Qué tan saludable es mi cartera ahora?

Antes de elaborar un presupuesto, debemos tener claro el estado de nuestra situación financiera. Así que primero hagamos un listado en una hoja o en un documento de Excel, teniendo a la mano:

-Recibos de nómina

-Estados de cuenta de tarjetas de crédito

-Estados de cuenta de otros créditos (auto, vivienda, departamentales, etc)

-Recibos de los servicios (luz, agua, teléfono, internet, gas, etc)

-Información de tus gastos (tickets del súper, cuentas, etc.)


La importancia de esto es poder trabajar con número reales, de lo contrario regresaremos a cifras aproximadas. Te recomiendo ir guardando todo esto en un folder o carpeta (Si trabajas por tu cuenta, seguramente ya llevas a cabo esto para tu declaración mensual ante el SAT). ¿Estás listo/a? ¡Manos a la obra!



Ingresos

La primera parte se llama ingresos. Enlista todas tus fuentes de ingresos, comenzando por las fijas y siguiendo por todas aquellas que te generen dinero aunque no sea de manera constante. Organízalo de manera mensual, será más fácil visualizarlo de esta manera. Ayúdate con tus recibos, detalla cada rubro y al final suma todo y escríbelo abajo. Te voy a poner un ejemplo:




Gastos

La segunda parte es más laboriosa, pues algunas veces hay más gastos que ingresos. Antes de empezar divide tus gastos en fijos y variables de la siguiente manera:

Gastos fijos: Son aquellos que tienes que cubrir de manera recurrente, como la renta, la mensualidad del auto, el internet, la luz, despensa, etc.




Gastos variables: Son aquellos que pueden ser periódicos, que no son siempre recurrentes, que se van dando y/o que no son necesariamente planeados, como ir al médico, la ponchadura de una llanta, salida con amigos, etc.


*Los gastos variables, pueden repetirse algunas veces a lo largo del año. Por ejemplo, aunque mi mascota cada día consume croquetas, compro un costal cada 4 meses.


Ojo, hay gastos que muchos tenemos y que hay que darles su importancia por pequeños que parezcan (los que llamamos hormiga: aunque son pequeños, al mes suman una cantidad considerable). Si todos los días compras un café, considéralo un gasto fijo, no un antojo.



Créditos

El siguiente paso es el registro de todos los créditos que tienes: auto, vivienda, compras, meses sin intereses, préstamos, etc., y cuánto le destinas a su pago.



Ya que tienes el registro de tus ingresos, gastos y créditos, sólo tienes que sumar:


Tus gastos + tus créditos


Ahora, resta esa cantidad a tus ingresos:


Tus ingresos – (tus gastos + tus créditos)


Esta pequeña operación te dará un número positivo, negativo o “tablas”.


Este diagnóstico que acabas de generar representa tu situación financiera actual.


Si tu número es positivo, ¡Felicidades!, sabes manejar bien tu dinero. Si tu resultado es igual a cero, ni ganas ni pierdes; aunque tal vez puede mejorar tomando acciones lo antes posible, porque cualquier imprevisto te llevará a números rojos.

Si tu resultado es negativo, es necesario que empieces a redirigir tu economía, para que puedas pasar a un estado más favorable lo antes posible.

Si lo analizas con detenimiento, notarás en qué estás gastando de más, qué está mermando tus ingresos y cuáles son esos caprichos necesarios e innecesarios.


Con la situación global actual, ahora es indispensable pensar en el futuro, finalmente ese es el propósito de un presupuesto. Ahora te invito a reflexionar y a anotar en una lista ¿Cuáles son tus siguientes planes?


Espera la segunda parte de este artículo, te compartiré lo que aprendí sobre cómo planificar un ahorro y cómo hacer un presupuesto que te permita cubrir tus necesidades, cumplir algunos antojos y administrar mejor tus finanzas.

¡Hasta pronto!

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